Nuevos líos y grandes sorpresas visitarán a los habitantes Wisteria Lane, este sorprendente barrio residencial. La tercera temporada de Mujeres Desesperadas empieza con un relato sorprendente. La aparición de Alma Hodge (Valerie Mahaffey), la mujer del dentista de Susan, Orson, que sorprendentemente atropelló a Mike Delfino en el dramático final de la temporada pasada. Retrocedemos 6 meses en el tiempo y encontraremos a una Alma Hodge cansada de aguantar a su exigente y perfeccionista marido Orson. Intenta abandonarle después de que él se vaya a trabajar, pero vuelve y la encuentra con las maletas preparadas, lista para marcharse. Al día siguiente, su vecina Carol encuentra a Orson limpiando el suelo de la cocina y él le dice que Alma le ha dejado, pero Carol tiene otra teoría.
Los demás personajes continúan adelante con sus vidas si bien las cosas parece tomar rumbos sorprendentes: Ya han pasado seis meses desde el incidente en que se vio envuelto Mike, el fontanero, y éste todavía se encuentra en coma en un hospital. A pesar de ello Susan lo visita cada día.
Tom hará todo lo posible para incluir a su querida hija Kayla en las actividades de la familia Scavo, a pesar de que Lynette considere que está anteponiendo a Kayla frente a su familia.
Carlos Solís está viviendo en un apartamento mientras que Gabrielle está ocupada preparando los papeles del divorcio y cuidando de muy mala gana a una embarazadísima Xiao-Mei, ya que sus pretensiones cada vez son más descabelladas y Gabrielle está cada vez más harta de tanto capricho, deseando que llegue el día en que pueda tener a su bebé entre manos.
Y mientras tanto, Edie está intentado vender la casa de Paul Young, pero la señora McCluskey está contando a los posibles compradores la verdad sobre varios dedos encontrados en el garaje, lo que está dificultando la labor de Edie.
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